lunes, 9 de abril de 2012

Escribir porque sí. Dormirse porque es lo mismo que mandarte un beso. Enviarte esto o cualquier otra cosa, total, siempre "te gusta". Esconder la mediocridad bajo un lector desatento. Fumar. 
Despedirse y darte las gracias cuando me quedo y te odio. Trasnochar junto a los prescindibles, que aman como si sirviera. Buscarte desde una silla con ruedas, un papel o una mirada. Despertar para cumplir, vestirse o rezar. 

Asistir a la iglesia un domingo, después de haber paseado por calles que no necesitan vereda. Preguntarte como estás para que respondas y no sepa. Acompañarte a una fiesta para que todos griten solos. Presenciar la descomposición de tus sueños y cantar, como siempre, para nadie. Preocuparme por tí, quererte como no debiera. Estar a tu lado cuando lo requieras sin admitirlo, sabiendo que podría estar cualquiera. Llamarte para que le contestes a otro. Estudiar porque es útil y no crecer. Tener corazón. 

Correr para huir de mi. Casarse con alguien para toda la vida sin saber ni lo que eres, ni lo que significa alguien, ni lo que es toda la vida. Que la mente esté dentro del cuerpo y que el hombre use reloj. 
Ponerle nombre a los pájaros, a los mares y a los niños. Comprar cuadros y pretender que son tuyos. Memorizar una canción y jurar que la comprendes. Hablar, asegurando que se oye lo mismo que dices. 

Sonreir para ocultar tristezas, insultar en busca de autoestima, competir con algo fuera de tí. 
Invertir en un país ingrato, masa de consentidos ansiosos por reclamar. Culpar a un tú, fundamentar la rebeldía como si pudiera tener causa. Calificar de excelente lo desconocido, (si es excelente, ¿por qué no lo conoces?) Protestar con esperanzas. 

Censurar tu inteligencia ante la religión, jugando a que no sabes que "vida" y "eterna" son términos, de por sí, contradictorios. Darle a la biblia la importancia de quemarla y a los sacramentos la credibilidad de ponerlos en duda. 

Pensar sobre las emociones, simplificarlas a tal punto que parezcan comprensibles y, lo que es peor, esforzarse por transmitirlas. 
¡¡La indecencia de llorar cuando otro puede notarlo, lo grotesco de confesar tus pesares a un ser vivo y su ambición sucia de pretender "solucionarlos"!! Aceptar la existencia de algo tan asqueroso como la psicología. Creer que viajas mientras tienes tu alma fija en un punto. Entristecerme cuando tu avión despega como si no fuera yo el culpable de que no esté aquí lo que sientes. Estar en lo cierto sólo al sufrir. 

Decir más sobre lo absurdo. Poner el punto final

sábado, 7 de abril de 2012

Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti, que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea necesario, que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso. Enamórate de alguien que vuelva a tí después de las peleas, después del desencuentro, de alguien que camine junto a ti, que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones.

jueves, 5 de abril de 2012

Siempre que encuentro alguien a quien querer pasa algo que lo caga todo. CONCLUSIÓN: no querer a nadie nunca más.

lunes, 2 de abril de 2012

Pazever.

¿Y SI MEJOR NOS FUMAMOS UNO DE ESTOS, DEJAMOS DE PELIAR Y NOS DAMOS BESITOS RICOS FOREVER?

domingo, 1 de abril de 2012

Que fácil es hablar y reclamar sin ponerte en mi lugar. Parece que los distintos ritmos de vida nos están pasando la cuenta... yo quiero, no se tú. Empatiza con mi vida porfa.